
Un edredón para la memoria.
Cuando decidí emprender esta maravillosa experiencia de promover mi propia página en la red digital, y disponer de un Blog en donde ir publicando regularmente un post, me animaba el propósito de compartir con mis lectores reflexiones sobre temas cotidianos de interés general en un marco psicológico profesional, con énfasis en el ámbito ocupacional, todo ello acompañado de obras de arte manual.
Mi profesión de psicóloga, la experiencia en el ámbito ocupacional, y la práctica como autora de obras manuales, me han ayudado a mantener la actualización de este blog.

Un edredón para la memoria.
Algunos lectores me han pedido retornar a los temas del manejo de las telas como una valiosa experiencia de vida. Así las cosas, en esta ocasión quiero presentarles un edredón que diseñé desde hace ya algún tiempo con la técnica llamada patchwork, y que ahora decidí elaborarlo y presentarlo a ustedes.

Un edredón para la memoria.
En ese entonces, decidí estudiar a fondo esta tradicional técnica de diseño y confección de obras textiles, compré varios libros para conocer el origen de esta ancestral técnica, y de igual manera adquirí una maquinaria adecuada y los insumos necesarios para alcanzar varios trabajos elaborados en patchwork.

Un edredón para la memoria.
Cada vez que estoy elaborando uno de estos trabajos, no puedo evitar recordar la historia apasionante que se desenvuelve en torno al desarrollo de esta técnica, desde la escases de materiales textiles que forzaba el uso de pedazos y jirones abandonados, que no podrían ser desperdiciados y debían unirse para formar un nuevo elemento útil, hasta las conspiraciones populares que se tejieron en torno a mensajes cifrados contenidos en intrincados diseños de cobijas, sábanas y mantas.

Un edredón para la memoria.
Como les cuento este edredón lo diseñé hace ya algún tiempo y hasta ahora lo terminé. Primero me tomé la tarea de elaborar en papel un diseño con un dibujo de lo que quería, dispuse los números del caso, tomé las medidas, hice los cálculos matemáticos y seis años después entré a hacer la tarea mas difícil, la elaboración manual.
Este bello arte manual, elaborado con base en retacitos de tela, que te permite hacer colchas o edredones, tuvo mucho auge en los años 60´s, (tal como les conté en uno de mis posts anteriores). En primer lugar, se requiere que tengas los instrumentos necesarios para su elaboración. Por ejemplo, para medir los diferentes pedacitos de telita que vas a unir, es menester tener reglas adecuadas, ya que el éxito de un buen trabajo en patchwork, son las uniones de los diferentes pequeños retazos de tela que quieres que formen parte del mismo. Igualmente necesitas una buena cuchilla y una base especial de plástico para poder cortar, sobre ella, las diferentes medidas de las telas a unir.

Un edredón para la memoria.
El siguiente paso después de cortar cada una de los diferentes retazos de tela, es coser cada una de ellas, en un proceso de unión armónico. La costura de los retazos la puedes hacer a mano o en máquina. Si prefieres coserlos a máquina es necesario configurarla con un cuarto de pulgada del borde. Para esto igualmente puedes usar prensa pies, que están ya diseñados especialmente para esta labor.
Igualmente es necesario -si no se tiene mucha habilidad y experiencia-, coser a velocidad lenta, utilizando una puntada de 2,5 o 3. Una vez cosido todo el material que haz diseñado, es necesario someterlo a un proceso de planchado cuidadoso e intenso. A estas alturas del proceso, ya podrás ver un proyecto avanzado del edredón que haz querido hacer.

Un edredón para la memoria.
El acolchado lo puedes hacer con tu propia máquina, pero la verdad, esta parte del proceso es algo difícil, si no tienes los elementos técnicos necesarios para hacerlo, tal como una máquina para acolchar. En este caso, es mejor que lleves tu trabajo manual a un lugar en donde sean expertos en esta tarea. Ellos te lo acolcharán, y generalmente le harán todo el terminado, como los bordes, y entonces quedará listo para tu orgullo y satisfacción.

Un edredón para la memoria.
Cuando empiezo a hacer un trabajo con la técnica de patchwork, tengo claro que, es una verdadera terapia ocupacional, con buenos resultados por ejemplo en la recuperación en el duelo, y en el fortalecimiento y equilibrio espiritual. En esta labor se debe mantener un nivel de concentración muy elevado, se nos pasa el tiempo de manera muy rápida, yo personalmente disfruto mucho hacerlo. Siempre pienso que esta es una labor que ayudará a eliminar los riesgos de procesos que llevan al alzhéimer, la demencia senil progresiva y otras enfermedades, ayuda a fortalecer la concentración y la conservación de la memoria.

Un edredón para la memoria.
Todo indica que somos las mujeres quienes tenemos una mayor probabilidad de padecer algunas neuropatías. Parece que nosotras perdemos con mayor facilidad la sustancia que permite la comunicación entre las células nerviosas como es la acetilcolina. Ella, además de hacer el trabajo de comunicación entre las células nerviosas tiene que ver igualmente con los procesos de aprendizaje, memoria y pensamiento.
Considerando que para la elaboración de un patchwork se requiere de un alto nivel de concentración y esfuerzo físico y espiritual, estoy convencida que esa tarea ayudará a ejercitar la memoria, equilibrar la energía vital, y de una forma u otra retrasará, en parte, la aparición de enfermedades neuronales como el alzhéimer, muy a pesar de que no se ha podido determinar cuáles son sus causas o que personas estamos o no en riesgo de padecerla.

Un edredón para la memoria.
Espero que les guste mi edredón, pero sobre todo, que se animen a incursionar por este tipo de terapias ocupacionales, que además del disfrute durante el proceso de gestación, diseño, y elaboración, permite otros retos sensacionales, como por ejemplo, ponerle nombre a la obra o decidir a quien se la regalaremos. De mi parte, luego de haber disfrutado mucho de su elaboración, ya decidí ponerle un nombre a este edredón, se llama Memoria, y se lo regalaré a mi nieto cuando cumpla doce años.
Bogotá, D.C., Colombia, febrero de 2016.