Me apasiona experimentar con diferentes técnicas en las artes plásticas. En la búsqueda me he encontrado con una maravillosa experiencia, la acuarela.
flores
Pintando la felicidad
Hace pocos días, tomando una clase de pintura en donde participan personas de diferentes edades, una señora mayor me preguntaba a qué edad tiene uno qué aprender a pintar, teniendo en cuenta que ella no tenía la habilidad necesaria para hacerlo. Yo le pregunté por qué razón, si ella sabía que no tenía tales habilidades, ella estaba tomando clases de dibujo, y me respondió que lo hacia porque había comprendido que al hacerlo se sentía feliz y realizada con lo que estaba haciendo. Ella me hablaba con una evidente emoción, afirmando que ahora estaba aprendiendo a ver su vida de otra manera, que pintando se sentía relajada, como si estuviera en otro mundo.
Amigas por siempre.
Para redactar este post, me transporté en el tiempo a aquellos maravillosos años de la universidad cuando tuve la oportunidad de encontrarme con la psicología social. Yo quería conocer y entender las razones que hacen del ser humano un ente gregario, saber el por qué se necesita del otro para alcanzar propósitos materiales o afectivos. Esta ciencia estudia al individuo como producto de su entorno social, analiza la manera sobre cómo piensa, siente y actúa el ser humano influido por otras personas y su medio ambiente.
Es maravilloso cuando logramos encontrar nuevos motivos para vivir. La esperanza de un nuevo amanecer siempre vigoriza nuestras ganas de salir adelante, y se transforma en un poderoso combustible capaz de lanzarnos en la búsqueda de nuevas y mejores vivencias.
Estas festividades, en donde celebramos las navidades y el nacimiento de un nuevo año, son una buena oportunidad para llenarnos de razones que conformen un motivo para vivir. Como lo dijo el pensador, dame un porqué y te daré las herramientas para alcanzarlo.
El graffiti se tomó a Bogotá.
Arte Urbano en Bogotá.
Si disfrutas del arte urbano, te invito a que visites los alrededores del barrio Las Aguas, en la localidad de La Candelaria, en la ciudad de Bogotá. Recientemente he tenido la fabulosa oportunidad de participar en un recorrido turístico por las calles de esta antigua zona de la capital colombiana organizado para extranjeros que quieren conocer mas de cerca este creciente fenómeno artístico.
Lo dejé para mañana.
Este quilt, que hoy les presento, hecho con la técnica patchwork, lo empecé hace mucho tiempo, y mi comportamiento es el típico ejemplo de lo que se establece como una conducta de procrastinación, ya que hace mas de 4 años lo comencé y a la fecha no he logrado terminarlo aún. Todavía le faltan acabados, como el acolcharlo y darle los últimos retoques, no se qué me ha pasado con esta pieza de tela de elaboración manual. Le puse tanto empeño, tanto esfuerzo, que cuando quise terminarla ya me encontraba cansada y no me era placentero continuarla, y cada vez que quería llegar a su terminación, me costaba mucho esfuerzo, y al final la he dejado de lado. Le compré una caja y la guardé en una gaveta.
Terapia asistida con animales.
Nuestros dos hijos terminaron su colegio y decidieron ir a otro país para cursar sus estudios universitarios. Cuando nos quedamos solos, mi esposo y yo decidimos tener una mascota. Sentíamos la soledad y un vacío en casa, superada solamente en jornadas vacacionales cuando nos reuníamos con nuestros hijos. Quería que el vacío fuese superado prontamente.