La felicidad es mujer.
Durante el mes de Marzo que está a punto de termina, se ha celebrado dos fechas muy importantes. El día internacional de la mujer que se celebró el 8 de marzo y el día 20 cuando se celebra el día internacional de la felicidad, establecido por la Organización de Naciones Unidas.
El día internacional de la mujer es una buena oportunidad para reflexionar sobre la situación de nuestro género en el planeta. Ser mujer es un riesgo. En cientos de países del mundo, el simple hecho de no haber nacido hombre supone una condena segura a una vida de subordinación, violencia y falta de derechos.
Se busca justificar una violencia contra la mujer por religión, historia o costumbres sociales. Una vergüenza que empuja al género femenino a lo más bajo en la escala social: en muchos países no tienen derechos por el simple hecho de no haber nacido hombres. Cerca de un tercio de todos los adultos que viven con el VIH/SIDA tienen menos de 25 años y dos terceras partes son mujeres. Más de 110 millones de niños en el mundo, dos terceras partes de los cuales son niñas, no van a la escuela. De los 875 millones de analfabetos que hay en el mundo, dos terceras partes son mujeres. La mitad de las niñas que viven en países en desarrollo (con la excepción de China) estarán casadas cuando cumplan 20 años.
Los datos muestran que al menos una de cada tres mujeres ha sobrevivido a alguna forma de violencia basada en el género, muy frecuentemente por parte de alguien de su propia familia. Las niñas de entre 13 y 18 años de edad constituyen el grupo más numeroso en la industria del sexo. Se calcula que cerca de 500.000 niñas de menos de 18 años son víctimas de tráfico sexual cada año. La mutilación genital femenina afecta a 130 millones de niñas y mujeres en todo el mundo y pone en riesgo a 2 millones cada año. 1.400 mujeres mueren cada día por causas relacionadas con el embarazo, el 99% en países en desarrollo.
El Día Internacional de la Felicidad, se declaró por una iniciativa del Reino de Bután, un país que considera este sentimiento como el más importante de su Producto Interior Bruto y reconoce la supremacía de la felicidad nacional, por encima de los ingresos nacionales desde principios de los 70, cuando adoptó el concepto de un Índice de Felicidad Nacional Bruta para sustituir al más tradicional Producto Interior Bruto (PIB), la ONU en el mes de julio de 2012 instituyó el 20 de marzo como el día internacional de la felicidad para reconocer la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas pública de gobierno. El secretario general, Ban Ki-moon ha declarado que “El mundo necesita un nuevo paradigma económico que reconozca la paridad de los tres pilares del desarrollo sostenible, el social, el económico y el medioambiental porque juntos definen nuestra felicidad global”.
Pienso que muchas mujeres hoy en el mundo pueden compaginar estos dos valores y conceptos, la mujer y la felicidad. Seguramente que así es, pero igualmente entiendo que hay mujeres en este globo terráqueo que no son conscientes de lo uno ni de lo otro, al tiempo que muchas de ellas no pueden disfrutar de su existencia de género ni de su felicidad humana. Me pongo a pensar en esas mujeres en el mundo que desde que nacieron, su vida ha sido infeliz al no haber encontrado, como mujeres, esa actitud de vida que les satisfaga para desarrollarse como tal, que no han alcanzado un estado de espíritu ideal, capaz de satisfacer sus aspiraciones y realizar sus expectativas. Millones de mujeres, todavía hoy, no son tratadas como seres humanos y no alcanzan a realizar por lo menos sus mas básicos deseos, y la felicidad es un objetivo inalcanzable.
Muy a pesar que hoy en día crece la lucha por superar las diferencias existentes entre ambos géneros, aun falta muchísimo camino por recorrer, las cifras sobre maltrato y discriminación a la mujer son francamente alarmantes. Tenemos que subir muchos peldaños para que esta diferencia se rompa por siempre y se acabe de una vez por todas con la violación de los derechos de la mujer y la felicidad sea un valor al alcance de todas.
En muchas regiones del mundo, la religión y la cultura generan entornos propicios para perpetuar las condiciones de discriminación y subordinación de la mujer. Ellas al ser tan lábiles en medio de creencias arraigadas culturalmente, muchas veces no alcanzan a visibilizar que para poder alcanzar sus derechos necesitan educación y una lucha fuerte para no ver castrada su autonomía de elegir o decidir qué es lo que pretenden de sus vidas, guardando su dignidad e igualdad ante los demás por encima de injustos códigos culturales.
Hay mujeres en el mundo viviendo situaciones problemáticas como las enunciadas, pero luchan por ser felices. La problemática es de orden público y social, por lo que amerita acciones firmes estatales e internacionales, pero no solamente en el ámbito jurídico y legal, que indudablemente son importantes, pero hay que ir mas al fondo y empezar a promover una cultura de respeto a los demás. Hacer entender al otro que todos somos iguales en derechos, pero que somos diferentes en lo vital, aprender a ver la individualidad del ser humano. Cada uno nace y crece de manera diferente, pero todos somos iguales frente a la ley y tenemos los mismos derechos.
Tal vez no me considero una persona feminista, pero tampoco estoy en contra de ello. Pero sí quiero resaltar que al ser este mes de marzo considerado como el mes de la mujer y de la felicidad, me parece de suma importancia reiterar que la problemática de las mujeres aún no ha dejado de ser un tema de primer orden. Las cifras todavía son francamente aterradoras y permiten reiterar que aun hoy en día no existe una cultura de respeto ante los demás, sin importar su género o condición sexual.
El mundo de hoy, en muchas regiones del planeta, parece que aun está reservado exclusivamente para el hombre, y me parece que siendo todavía así, tenemos que recorrer un camino muy largo y difícil para poder llegar a un mes de marzo celebrando dos valores esenciales para la supervivencia de la humanidad, valores oportunamente encarnados en la mujer y la felicidad.
No dejo de preguntarme todos los días si realmente estos son dos valores distintos o se funden una sola noción, mujer y felicidad. No pueden existir separadamente. Qué sería de la felicidad sin la mujer? Son dos visiones y un solo cuerpo verdadero. Cuando lo pienso muy bien, llego a creer que la felicidad es mujer.