Cuando pronuncio el nombre de esta reserva natural colombiana, Guatavita, mi espíritu viaja al mundo precolombino. Este nombre me parece precioso, su sonido nos lleva a recordar nuestra cultura ancestral.

Guatavita, laguna de oro.
Pronunciar Guatavita traduce igualmente belleza naturaleza, historia y leyenda. El mito nos habla de la vida aborigen, de ritos religiosos y de técnicas importantes para trabajar el oro, en fin, verificamos que es un nombre con personalidad histórica Colombiana.

Guatavita, laguna de oro.
Al pronunciar este maravilloso nombre, nos percatamos que es una denominación nativa que significa realidades y sentimientos, hechos y leyenda de nuestras tradiciones, de nuestra cultura, y conlleva un peso específico de excelente tradición, con un gran significado histórico de nuestros antepasados.

Guatavita, laguna de oro.
Recientemente he tenido la fortuna de visitar la Laguna de Guatavita y he quedado impactada al ver cómo se encuentra hoy. He recordado que cuando era estudiante, visité la laguna y ahora no he podido dejar de hacer la comparación. Para mi satisfacción he verificado que, gracias a las autoridades ambientales de nuestro país, se le ha dado un cambio espectacular.

Guatavita, laguna de oro.
Hoy, podemos decir que es otra laguna. Se encuentra mas conservada. Es mas fácil apreciar que, en medio de esas impactantes montañas verdes, en su fondo, se encuentra encerrada en una espléndida redondez, en donde descansa un remanso de aguas tranquilas. Ahora hay un sendero que permite comunicarse con los visitantes, ayudando a que su entorno se preserve mejor y se mantenga este tesoro histórico de sus primeros habitantes.
Te recomiendo que, cuando visites la capital de Colombia, la gran ciudad de Bogotá, y mas si te gusta el turismo ecológico, te tomes un tiempo y te dirijas al municipio de Sesquilé, en donde se encuentra la Laguna de Guatavita. Está muy cerca, a un poco mas de una hora de la ciudad, en medio de paisajes de muy diferentes tonalidades de verde.

Guatavita, laguna de oro.
Estoy segura que no te defraudará mi invitación. Llegarás a un lugar espectacular, lleno de exuberante naturaleza y de historia precolombina. Encontrarás una excelente presentación de lo que significan las raíces de nuestros antepasados. Igualmente encontrarás una maravillosa leyenda sobre las creencias sagradas de nuestros antepasados, su cosmogonía, su estructura social y de gobierno. Allí se escenifica nuestra muy conocida “leyenda del Dorado” .

Guatavita, laguna de oro.
Cuenta la leyenda que el cacique muisca de la región ofrendaba como símbolo de adoración a sus dioses sus mejores tesoros. Lo hacía en una balsa de junco, ricamente adornada, que se posicionaba en toda la parte central de la laguna. El cacique llegaba impregnado de oro en polvo y a sus pies mas oro, esmeraldas y muchas piedras preciosas, se sumergía en ella y así dejaba en sus aguas los tesoros mas preciados a sus dioses.
Para el pueblo Chibcha, la laguna fue una de las más sagradas, puesto que en sus aguas se llevaba a cabo el ritual de investidura de quien fuera el nuevo jerarca, el nuevo cacique, que recibía nombre de Zipa, título de nobleza dado por los muiscas al gobernante supremo del Zipazgo, una de las divisiones administrativas más importantes de la Confederación Muisca.

Guatavita, laguna de oro.
La leyenda dice que la balsa llevaba braseros encendidos para quemar una especie de sahumerio también llamado moque. El nuevo jefe iba acompañado por cuatro caciques y cuando la balsa llegaba al centro de la laguna, el pueblo que se encontraba en las orillas arrojaba objetos de oro y piedras preciosas al agua.
Esta leyenda muestra lo que somos, y lo que aun tenemos de nuestros antepasados. Nuestros mejores tesoros los reservamos para los Dioses, a quienes les tememos y adoramos. Actualmente existe una representación maravillosa de estos incalculables trabajos en oro y de esas técnicas utilizadas para trabajar el metal precios. Parte de estos tesoros trabajados por los indígenas Muiscas se encuentran en el Museo del Oro auspiciado por el Banco de la República. Allí encontrarás la Balsa Muisca, manualidad hecha en oro. Puedes visitar el museo y verificar su inmensa belleza física y su incalculable valor histórico. Cuando estés al lado de la balsa muisca, comprobarás que ella representa la importancia que los indígenas daban a sus ritos religiosos en las aguas de la laguna de Guatavita. También comprobarás la alta calidad que imprimían en la manera de trabajar el oro.

Guatavita, laguna de oro.
La codicia no podía faltar, de manera que hubo varios intentos de saquear estos tesoros, drenando la laguna para hallar sus tesoros ocultos. Los forasteros conquistadores, lo intentaron en repetidas oportunidades, entre las cuales, los intentos más importantes fueron los del capitán Lázaro Fonte, quien alcanzó a encontrar y saquear varias finas piezas de oro fino, y en el siglo XVI los de Antonio de Sepúlveda, quien también logró sacar esmeraldas y piezas de cerámica.

Guatavita, laguna de oro.
Cuando vengas a Bogotá, podrás tomar un tour a la Laguna de Guatavita, en donde encontrarás guías profesionales que conocen perfectamente la historia del lugar. Escucharás apasionantes historias, contadas de manera amena a medida que subes por el sendero natural, haciendo que el recorrido sea mas placentero. Podrás apreciar la majestuosidad de la Cordillera Oriental, con sus multicolores ondulaciones. Debes llevar ropa bien abrigada ya que hace frio y como tienes que subir una montaña un tanto empinada, es conveniente que lleves zapatos cómodos para caminar. En sus 3.100 metros sobre el nivel del mar, verás su vegetación que es exuberante, al igual que su fauna.
Verdaderamente es un lugar hermoso para quedarse por un tiempo. Por su tranquilidad, debes ir sin prisa, y meditar, pensar, soñar y volar. Escucharás los sonidos del silencio y el murmullo de la naturaleza.

Guatavita, laguna de oro.
Debo contarles que yo, luego de visitar la Laguna de Guatavita, salí muy relajada y con ganas de volver y, mas aún, cuando supe que la entidad del estado que la administra es muy querida por mi, La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca. Guardo muy gratos recuerdo cuando años atrás pude trabajar en esta institución, ejerciendo mi profesión,

Guatavita, laguna de oro.
Confieso que luego de esta inolvidable experiencia de visitar la laguna de guatavita y escuchar tan maravillosas leyendas, varias noches he soñado repetidamente que me baño en sus aguas y nado hasta la balsa de junco, iluminada por braseros encendidos, y veo muy cerca al nuevo Zipa, recién elegido, sumergiéndose en las aguas, entonces despierto, el frío de la cordillera es muy intenso cuando vuelo de noche plácidamente alrededor de la laguna, en espera del alba sobre el horizonte de la cordillera oriental.

Guatavita, laguna de oro.
Bogotá, D.C., noviembre 30 de 2016.