
Etiquetas, marquilla de esclavitud.
Hace pocos días compré una camisa en una tienda especializada en ropa. Era una de esas tiendas de una firma multinacional, que hoy son tan populares. Siempre que tengo la oportunidad de comprar algún producto textil, me hago la misma pregunta: ¿Por qué estas tiendas ponen tantas marquillas en la ropa?
Hoy en día encuentras que muchas veces en una sola prenda de vestir hay mas de tres marquillas. Son tan largas como anchas, y casi todas en el mismo lugar. En lo personal, debo admitir que esas etiquetas me molestan. Antiguamente las prendas de vestir venían con una sola marquilla, con una información básica, enfocada en los cuidados que se debían tener con el producto comprado.
Con frecuencia me pregunto de qué materiales las hacen, qué hilos utilizan, cómo las imprimen. Ciertamente son muy incómodas, pican y te irritan la piel. Fácilmente las etiquetas pueden arruinarte un día, sintiendo un permanente fastidio que identificas con facilidad. Hasta cuando tomas la decisión correcta de quitar todas las marquilla de tu prenda de vestir, que ya te están volviendo medio loca. Y es justamente en ese momento, cuando nuevamente te puedes equivocar y resultar peor el remedio que la enfermedad.

Etiquetas, marquilla de esclavitud.
Para remover una etiqueta, hay que hacer un muy cuidadoso ejercicio. No lo puedes hacer en medio de la irritación que sientes, ni dentro de un baño con mucho afán, ya que puedes arruinar la prenda. Ni se te ocurra desprenderlas simplemente con tus manos. El retiro debe ser muy cuidadoso, tomando precauciones, de lo contrario, te llevará mucho mas tiempo coser y reparar la prenda.
Confieso que me ha pasado, que las he cortado, pero pareciera que están puestas para que nunca las quitemos, ya que siempre queda un pedazo de ellas absolutamente integrado a la prenda. Luego, igualmente te da picazón, y seguramente este comezón es en el lugar menos adecuado. A quién se le ocurre poner marquillas en lugares sensibles del cuerpo? Será que ellos creen que si las ponen en los lugares mas incómodo, las vas a leer y podrás descifrar toda la información que en ellas te ponen, aunque sea en un idioma que nunca haz oído hablar y con unos signos indescifrables.
Igualmente, me pregunto por qué hacen las marcas tan grandes que ocupan gran parte de la prenda o se salen de ella, como caballos o cocodrilos, solo para hacerse propaganda, uno paga para hacerle propaganda a una marca, a través de la prenda.

Etiquetas, marquilla de esclavitud.
Me sigo preguntando si la gente realmente lee estas marquillas que se amontonan en la ropa internamente, y que muchas veces las encuentras también en la parte externa. ¿Será que si las leemos y sabemos descifrar los signos que se encuentran en ellas, y que muchas veces parecen mas códigos que caracteres sencillos de traducir y entender, la prenda realmente perdurará por años?
Cuando siento la incomodidad de una etiqueta literalmente clavada en mi piel, no puedo evitar pensar en las continúas denuncias sobre las vivencias de esclavitud a que, muchas veces, son sometidos los seres humanos que participan en la elaboración de la ropa que compramos.
Por qué mejor los fabricantes de las grandes marcas de ropa en el mundo, no ponen en sus marquillas que ellos no atropellan a sus trabajadores, que no abusan de sus derechos laborales, que les dan un horario justo para que se alimenten y descansen entre sus horas libres de trabajo, como debe ser, que ellos trabajan las horas necesarias para que puedan atender a sus familias, que sus lugares de trabajo son los mas adecuados para que sus trabajadores laboren de manera confortable. Y en particular, que quien realiza la labor manual de la prenda recibe un salario justo.
Estas etiquetas deberían decir que no contrataron niños en su elaboración, como también que utilizaron materias primas ambientalmente sostenibles y que en su proceso industrial no contaminaron el medio ambiente.

Etiquetas, marquilla de esclavitud.
Las grandes marcas de textiles que ponen en sus prendas tantas marquillas incómodas, son las empresas que mas abusan de sus trabajadores. Los someten a grandes presiones, y trabajan de siete de la mañana a siete de la noche, sin respetarle los fines de semana como descanso, violando todas las normas y tratados internacionales sobre el trabajo.
Naturalmente, ellos no se pueden quejar y mucho menos hacer asociaciones laborales por que son inmediatamente despedidos de sus trabajos. No pueden llevar sus alimentos. Los lugares de labor son los menos acondicionados para trabajar, como se vio en la reciente tragedia de Bangladesh. Los presionan constantemente para que la firma pueda alcanzar las metas de producción propuesta, las que solamente se obtienen si someten a sus trabajadores a la esclavitud. Esas compañías no tienen presente que sus trabajadores son seres humanos y que su éxito económico se alimenta con la vida de sus obreros.
La mayoría de las multinacionales que elaboran la ropa que muchas veces nosotros vestimos, utilizan la mano de obra barata de países muy pobres, en donde las personas que trabajan en ellas tienen tantas necesidades que se ven obligados a someterse a situaciones de esclavitud, incluyendo niños y ancianos.
Sería conveniente que además de imprimir en su marquillas las necesidades básicas que tiene la prenda para su conservación, y la información interna de datos administrativos, estas empresas vieran la oportunidad de imprimir en ellas otro tipo de información, que yo llamaría información sobre “juego limpio”. Tal información versaría sobre dos ejes, el respeto a la dignidad humana y la preservación del medio ambiente.
El juego limpio reflejado en las marquillas, en su contenido declararía que en su modelo de producción de prendas de vestir es primordial darle a sus trabajadores lo que merecen laboralmente y propiciarles una vida social integral. Informaría que no participan niños en su elaboración. Declararía que promueve el desarrollo sostenible con respeto a un medio ambiente sano.

Etiquetas, marquilla de esclavitud.
Después de haber hecho una investigación sobre el tema, no he podido evitar sentirme culpable. Antes pensaba que estas marcas ayudaban a sus trabajadores socialmente, por lo cual sus trabajadores eran la razón del éxito de su empresa, ya que ellos eran felices por tener un trabajo que les permitiera vivir dignamente. Desafortunadamente esto no es así, es frustrante para mi ver que esas prendas de vestir, tan famosas en el mercado, son hechas por personas que viven en condiciones terribles, son verdaderos esclavos de esta sociedad aparente, que solo vive pensando en el yo y no en el otro, en donde pisoteamos a los demás, de tal manera que muchas veces no nos damos cuenta de lo que hacemos por vivir una vida de frivolidad.
Hay muchos lugares en el mundo que son bastante pobres, y justamente estos son los lugares que las grandes firmas multinacionales escogen para su producción textil.
Saipan es la mas grande de las Islas Marianas, perteneciente a los Estados Unidos de América, ubicada en el pacífico occidental, famosa por haber sido escenario de una gran batalla en la segunda guerra mundial y lugar de suicidios colectivos de civiles japoneses. Las personas que la han visitado han estado de acuerdo en afirmar que es una isla preciosa, cuyas playas difícilmente las encontrarás en otra parte de este mundo. Los turistas viven agradecidos por haber tenido la oportunidad de ir a visitarlas.
Pero muy pocos se han dado cuenta que en su interior, Saipan guarda una de las mayores esclavitudes del mundo. En ella se producen muchas prendas textiles que encontramos en el mercado. Los trabajadores laboran mas de 16 horas al día todo los días de la semana. Muchas veces les toca trabajar horas extras que no son pagadas. El sueldo es miserable, las condiciones físicas laborales y de vivienda son mucho mas miserables aún. La mayoría de los trabajadores provienen de países muy pobres y son engañados para que se marchen de su país de origen, y abandonen sus familias con la consigna de que ganarán mejor sueldo y así se dirijan a trabajar en la isla. Muchos de ellos los primeros meses solo trabajan para pagarse el viaje, viven endeudados y solo trabajan para cancelarle a las personas que las llevaron al lugar.
Sin ir muy lejos, encontramos en Latinoamérica empresas textiles multinacionales que de igual manera tratan a sus trabajadores como esclavos, cuyas condiciones laborales violan de cualquier manera todos los derechos básicos del ser humano, con sueldos de miseria, jornadas laborales inmensamente largas, no existe ninguna seguridad física laboral.
En suma, en pleno siglo XXI, en el mundo todavía existe la esclavitud, y en nuestro caso, los esclavos contemporáneos tienen como amo, a empresas multinacionales que fabrican productos textiles para alimentar nuestro confort y vanidad.
Las etiquetas así lo muestran constantemente, y desafortunadamente somos inconscientes (ésto no nos libra de nuestra responsabilidad) y no nos damos cuenta que esas prendas de vestir, que tanto nos gustan, llevan sangre y sudor de las manos de los nuevos esclavos del mundo, y estos esclavos no solamente son personas adultas también hay menores de edad que son explotados.
Adicionalmente, así podremos explicarnos el porqué cuando estamos en cualquier parte del mundo siempre encontramos las mismas firmas, ¿cómo hacen ellas para mantener una producción a tan gran escala?
Habiendo admitido que las marquillas me incomodan por agredir mi piel sensible, también agradezco que así sea, ya que la irritación en mi cuerpo que producen las etiquetas, siempre me estará reclamando no olvidar esas manos que elaboraron la prenda y que merecen un trato digno y humano. Realmente hoy, las etiquetas son la marca que un esclavo dejó en la camisa que estoy usando.
Miami, Florida, marzo de 2016.