Nina’s tablecloth.
Este mantel que hoy les enseño, es un precioso regalo que recibí hace pocos días. Sí, un bello regalo que me hizo la abuelita de mi nuera Christiana. Nina, su abuelita, es una persona dulce, encantadora y bondadosa, quien sigue siendo el faro de su familia.
Todos tenemos derecho a tener abuelos. Qué alegría tener a los abuelitos y además tener la suerte de que ellos sean unos personajes en nuestra vida, afortunadamente yo también tengo la suerte de tener con vida a una de mis abuelitas, ella tiene mas de 90 años, sus nietos la llamamos Mamá Sara.
La abuelita de Christiana tiene 86 años y vive rodeada de su bella familia. Cuando Nina supo que me gustaba todo lo relacionado con las artes manuales, y que tenía una página web relacionada con las cosas que me gusta hacer, me regaló este maravilloso mantel de mesa, ella me dijo que el mantel tenia mas de 50 años, es una mezcla de lino y seda, bordado a mano y a máquina. Igualmente su tela ha sido calada de manera tan delicada que me parece mentira que después de tantos años aun se conserve tan bien. Indudablemente ella le ha dado el cuidado necesario para que perdurara tanto tiempo y se mantuviera como una prenda perfecta y bella, tengo suerte de poseer esta reliquia, es una maravillosa adquisición, la siento como si yo tuviera un verdadero incunable.
Este mantel, de color blanco con verde claro, al tocarse se siente extremadamente suave como si se fuera a quebrar, pero con la ternura propia de la piel de bebé. Lo he lavado a mano, con un jabón ultra suave para que, de esta manera, pueda durar mucho tiempo mas y ser disfrutado por los nietos de mi nieto. Igualmente lo he planchado con un liquido especial que contiene almidón, lo que le ha dado a la tela esa textura firme.
He investigado someramente sobre el uso del mantel de mesa a través de la historia de la humanidad, y la verdad es que no he encontrado la suficiente información que ponga en evidencia que éste ha sido un elemento importante en la vida de la gente. Mas bien he encontrado información sobre las servilletas. Este accesorio era utilizado por las clases sociales mas pudientes, y como cosa curiosa, esta prenda era llevada por las personas cuando tenían alguna invitación a comer, y mas que ser utilizadas para limpiarse los labios, eran utilizadas para llevarse a casa los alimentos que sobraban.
Los manteles de mesa, como elemento decorativo, se dieron en la Edad Media cuando se utilizaron con frecuencia y cobraron importancia. La Edad Media era fuertemente influenciada por la religión y los manteles de mesa eran propios de los ritos religiosos. Era usual que en el altar hubiese una mesa en donde se disponían los elementos litúrgicos sobre un mantel de color blanco que cubría la mesa y que se quitaba después de la liturgia y era llamado El Corporal. Esta denominación se relacionaba directamente con el cuerpo de Cristo, los manteles eran cuadrados o rectangulares, bordados y decorados de diferentes maneras, predominando especialmente el color blanco.
Ha tenido que pasar mucho tiempo para que el mantel de mesa tuviera la importancia que hoy le damos. Si antes solamente era un signo de distinción y de nobleza, hoy es un elemento de la vida diaria de cualquier familia. Afortunadamente, en nuestros días son utilizados con la mayor naturalidad por todas las clases sociales y no necesariamente el mantel tiene que ser de telas finas ni bordadas de diferentes manera. Hoy en día, lo utilizamos de diferentes tamaños, calidades, formas y colores, y además en el mercado se encuentran de todos los precios posibles y hasta los hay también desechables y de papel, lo que los hace mas asequibles, es un artículo muy popular.
Todavía hay, quienes como yo, disfrutamos con un buen mantel de mesa como una obra de arte manual, en donde hacer realidad el talento y la creatividad sobre una tela. No hay nada como una ocasión especial, para disponer de una mesa bien servida con manjares apetitosos, buen vino, postres al gusto, vajilla y cubiertos especiales y de fondo un mantel, hecho con amor por mano propia, especial para la ocasión y perfecto para una velada inolvidable.